El 19 de octubre de 1957, a las ocho de la mañana, entraba en el puerto el destructor británico Corunna, atracando en el muelle del Náutico, donde permanecería hasta el día 26, en que zarparían rumbo a Londres. Este buque, botado en mayo de 1945, fue bautizado con el nombre de Corunna, en conmemoración de la batalla de Elviña (conocida en el mundo anglosajón como Battle of Corunna) donde se enfrentaron las fuerzas británicas de Sir John Moore contras las francesas mandadas por el mariscal Soult.
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El Corunna lucía como privilegio especial el blasón de la familia de John Moore. Destructor de la clase "C", de 2.400 toneladas y una velocidad de 31 nudos, constaba de 5 cañones de 4,5 pulgadas de uso doble y 8 cañones antiaéreos de 40 milímetros. Con una dotación de 16 oficiales y 250 marineros, vino al mando del capitán de fragata Basil Charles Godfrey Place, que llevaba en el puesto desde febrero de ese año.
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Godfrey Place estaba en posesión de la Cruz Victoria, por su valor demostrado en la II Guerra Mundial al mando del submarino de bolsillo X 7, en una de cuyas acciones inutilizó al poderoso acorazado alemán Tirpitz, en septiembre de 1943, cayendo prisionero en ese trance.
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El 20 de octubre de 1957, la tripulación, entre la que figuraban representaciones de los regimientos que estuvieron al mando de John Moore, ofrendó coronas de flores ante el mausoleo que en jardín de San Carlos guarda las cenizas del general británico. La dotación del navío se desplazaría también a Elviña, pudiendo así conocer el escenario de la batalla tan renombrada y que inspiró el nombre del buque.