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El 27 de noviembre de 1933 fueron probadas las baterías del monte de San Pedro. Los cañones habían sido construidos por la casa Wickers, que estuvo representada en el acto por tres ingenieros de la misma y el capitán de la Armada británica Mr. Hunt. De Ferrol llegaron el comandante de Artillería, Francisco Clavijo, y el capitán del mismo cuerpo, Antonio Pérez, y Sánchez Osorio que ostentaban la representación de la Escuela de Tiro.
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El disparo de los cañones produjo un gran estruendo. Los primeros disparos se hicieron a cero grados, es decir con la pieza en posición horizontal y un alcance de 5 a 7 km., los siguientes, con 15 grados y radio de 24 km., y los últimos con una elevación de 40 grados cayendo el proyectil a unos 39 km.
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