12 septiembre 2008

PUERTO
.
El Magnus Portus Artabrorum como lo denominaron los geógrafos clásicos, cuenta con una situación estratégica excepcional. En el Noroeste de la península, en el gran chaflán de dirección NE-SO., delimitado por los cabos Ortegal y Vilán, hay un amplio golfo comprendido entre la Torre de Hércules al SO. y el cabo Prioriño al NE. En él se encuentran cuatro valles fluviales que, al ser invadidos por el mar, dieron origen a las rías centrales. La más occidental de éstas corresponde a la ría de A Coruña.
.
La ría de A Coruña forma en su interior dos ensenadas: la oriental, de Mera, y la occidental, de A Coruña. Dentro de esta última se asienta el puerto, de fácil y cómoda entrada y de seguro abrigo (situado a los 43º 23´ 10´´ latitud N.; 8º 22´ 30´´ longitud O.). Su situación es ciertamente excepcional. La gran ruta marítima que enlaza Europa nórdica y occidental con América, Asia y el Mediterráneo dibuja a la altura del cabo Vilán, y a pocas millas al oeste de A Coruña, un codo, debido a que los barcos que realizan dichas travesías se arrumban a este cabo.
.
La bahía coruñesa, comprendida entra las puntas Herminia y de Seixo Blanco -distantes entre sí unos 4.000 m.- se interna hacia el Sur unos 5.800 m. Su parte más ancha tiene una longitud de 5.600 m. El braceaje es de 33 a 36 m. en la boca y disminuye progresivamente hacia el fondo de la misma, donde desemboca el río Mero. Abierta al Norte, en la costa occidental tiene su emplazamiento el puerto. La delimitación del mismo venía dada históricamente por la presencia de dos castillos: uno el de San Antón, y otro, el de San Diego. Esta delimitación fue ampliada con la construcción, finalizada en 1966, del Dique de Abrigo.
.
Los vientos más frecuentes son del NE. en verano y del SO. en invierno. El NE. trae consigo el buen tiempo. Reina por períodos de unos quince días y, aunque en ocasiones alcanza baja intensidad, no produce fuertes marejadas. El SO., por el contrario, sí las origina.
.
Las direcciones del mar más desfavorables para el puerto son las N. y NNO., por entrar directamente en la ría. Las demás tienen poca importancia, debido al resguardo que proporciona tanto el tómbolo en que se asienta la ciudad, como el Dique de Abrigo. Prácticamente no existen corrientes dentro del puerto, siendo el efecto de la creciente y de la variante muy pequeño. El calado permanece constante o, al menos, no ha variado apreciablemente en muchos años.
.
Así pues, además de una situación estratégica excepcional, tiene unas condiciones magníficas: al resguardo de los vientos dominantes, escasa importancia de los temporales o del oleaje interior del puerto, un calado no muy profundo pero fácil de acondicionar por la naturaleza limofangoarenosa del fondo, y entrada limpia.
.
La pesca que fuera siempre elemento fundamental en la economía de la ciudad desde tiempos remotos, sufrió modificaciones muy importantes en el siglo pasado, ya que se pasó de las clásicas embarcaciones pequeñas, que faenaban dentro del radio de las 20 millas, a las grandes flotas de altura que se lanzaron a las campañas del bacalao en Terranova. Posteriormente crecieron y se desplegaron ocupando Gran Sol, Dogger Bank, Hébridas, etc, por el Norte, e iniciando exploraciones por las aguas meridionales, con Canarias como base avanzada de abastecimiento. Más tarde en los años sesenta, nacen las técnicas del pescado congelado y se incrementan de manera increíble el tonelaje de buques de pesca con la aparición de los buques factoría y de grandes arrastreros de nueva técnica. Así, pues, A Coruña, en buena parte del siglo pasado, como primer puerto de España de descarga de pescado fresco, suministró a las ciudades del centro, a las factorías y conserveras con más fuerza que nunca. Como prueba algunos datos del tonelaje desembarcado en el puerto:
.
En 1940, se desembarcaron 25.825 toneladas; en 1950, 34.864; cinco años más tarde, en 1955, fueron 40.811 las toneladas desembarcadas; 55.163 en 1960. Subida espectacular cinco años más tarde, cuando se descargan 87.942 toneladas en 1965; en 1970, 96.914, y en 1976, 110.374.
.
Un aspecto destacado del puerto coruñés fue que sirvió de punto de partida para la numerosa corriente emigratoria hacia América. En el puerto de A Coruña embarcaron desde 1901 a 1911 un total de 262.878 pasajeros, con los que se situaba entre los puertos más importantes en cuanto a este tráfico. Este flujo seguía los vaivenes de la emigración, que decreció durante la primera guerra mundial, para crecer espectacularmente inmediatamente después. En 1920, 43.782 pasajeros. A partir de la guerra civil española, tuvo un brusco frenazo y continuó esta tendencia con la situación provocada por la guerra mundial y el aislamiento que se creó internacionalmente hacia el régimen español. Después, desde los años 50, el tráfico es pequeño y hay unas entradas más equilibradas con las salidas, aunque durante unos pocos años, 1955 a 1960, vuelve a haber un cierto flujo emigratorio hacia América, que queda cortado definitivamente con la nueva y poderosa corriente emigratoria hacia Europa.

No hay comentarios: