23 junio 2009

SAN JUAN
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El 24 de junio de 1904 hubo una decapitación de cabritos, carneros y pollos en las calles de San Juan, Atocha y La Torre, para celebrar la festividad del día. Nada menos que 56 tarteras panzudas, con honores de barreño, se encontraban, a las 12 de la mañana, en uno de los hornos de una panadería sita en la última de las citadas calles. Había además, 14 gigantescas empanadas y multitud de asados.
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Muy de mañana, siguiendo una antigua costumbre, muchas personas se trasladaron a Los Castros y Eirís a tomar las fresas que, con tanta abundancia, se daban por aquellos parajes.

2 comentarios:

Titajú dijo...

El día de San Juan es el día en que parece que todo el mundo se pone de acuerdo. Salimos a la calle con el único propósito de pasarlo bien, y cosas que otro día nos parecerían incívicas, hoy son completamente normales.
A mi me encanta SAn Juan, y este año no hemos ido a la playa y nos hemos quedado en el barrio. ¿Te habías dado cuenta de que somos como una gran familia?

millenium dijo...

Para mí, la mejor noche del año. Una noche para salir. Es lo que dices, se sale para pasarlo bien, simplemente eso, y se nota en la gente. Nada que ver con otras noches festivas durante el año.
Se nota en el ambiente un cordialidad mayor que de costumbre y ganas de compartir la satisfacción de la fecha.
Y ese ambiente, esa atmósfera que existe en la ciudad, también se nota en el barrio de Los Rosales.
Este año no puede disfrutar tanto como quisiera pero sí que el año pasado me llevé una grata impresión del ambiente que se dió en el barrio. Así como, durante el año la Plaza Elíptica muchas veces me produce sudores, en el San Juan da gusto estar allí, ver a los vecinos olvidando lo cotidiano, compartiendo tiempo, mantel, disfrutando la falla, sí, sí que en la noche de San Juan se respira un ambiente distinto, un ambiente mucho mejor.