31 julio 2011

POR EL TEATRO
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A principios del siglo XX y tras aparecer el cine en A Coruña, en 1896, el teatro sufriría una serie de altibajos.
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Se podría decir que se produce un trasvase del teatro al cine, la gente abandona las salas de teatro y llena las barracas de los cinematrógrafos. El responsable de dicho cambio fue Lino Pérez. Como empresario Lino Pérez tenía una espina clavada al no poder instalar sesiones de cinematógrafo alternándolas con obras dramáticas en el teatro Rosalía de Castro, aun siendo empresario de dicho teatro. La negativa de la Comisión Mixta Administrativa del Teatro no se lo permitió hasta el año 1915.
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Las sociedades de recreo constituyeron una especie de agrupación artístico-industrial y contrataron el Teatro Principal. Una la presidió Luis Argudín en 1906, quien a su vez era presidente del Círculo de Artesanos. En el año 1911, se constituyó El Teatro, una sociedad presidida por David Miranda. Con estas sociedades se pretendía potenciar el teatro ante la competencia del cine.

6 comentarios:

Matapollos dijo...

Mi abuela materna, nacida a principios del siglo pasado (jeje... suena muy antiguo pero todos los que estamos aquí hemos nacido en el siglo pasado), no podía vivir sin el cine ...tenía memoria para comentar sobre el paso del cine mudo al sonoro, del cambio de las películas en blanco y negro al color... y también hablaba del cinemascope que no sé muy bien lo que era...

Yo salí más de teatro, de buen teatro (que hay mucha tontería y mucha performance posh por ahí...), admiro especialmente los clásicos. Y sin salir de Galicia, hasta hace pocos años, se podían ver por aquí verdaderas maravillas: Calígula, Catón...
En fin... quizás no fuese mala idea la de alternar teatro y cine, no había razón para competir entre uno y otro, salvo la económica, como siempre.
A veces las innovaciones nos ciegan y nos obligan a dejar de apreciar las cosas buenas que ya poseemos y perder el tiempo en confrontaciones banales.

millenium dijo...

Menos mal que no es sólo a quien la cabeza le ha hecho pensar sobre eso de que somos del siglo pasado. Y no por unos añitos, ¿eh?, no, no, por unos cuantos años, ¡ay!, que aun quedan unos añitos para igualar los vividos el siglo pasado.

Los abuelos son distintos, como siempre los tuvimos lejos en cuanto a fecha de nacimiento, decimos del siglo pasado y hasta nos suena cariñoso, tierno, en cambio lo decimos de nosotros y, bueno, cambiamos de tema. :-)

Es cierto lo que dices de las razones económicas para la competencia entre ellos, de hecho, Lino Pérez en algunas crónicas, en algunos libros es acusado precisamente de eso, de como empresario anteponer el interés económico al provecho cultural mucho mayor esto último en el teatro.

Para gustos, evidentemente ya no es que se pinten colores, es que no hay nada escrito. Pero para mí, prefiero una buena obra de teatro que una buena película de cine. Aún en el mismo escenario, pongamos un teatro, no es la misma atmósfera la que existe ante, en una obra de teatro que en una película. Dos mundos que aunque puedan situarse en algunos mismos lugares, son completamente distintos.

millenium dijo...

Menos mal que no es sólo a mí

así quise iniciar el comentario anterior, perdón.

Matapollos dijo...

Pues fíjate tú, ahora que lo dices me acabo de dar cuenta que uno de mis hijos es de este siglo y el otro del siglo pasado :-)
...Y mis abuelos eran todos del mismo siglo que nosotros... en fin, tienes razón, mejor cambiemos de tema ;-)

Titajú dijo...

A mi me gusta el teatro, el buen teatro, pero mi economía no me lo permite.
Claro que a este paso, mi economía tampoco me va a permitir ir al cine, visto el precio de las entradas, ¡buf!

millenium dijo...

Lo del cine ya más que caro se puede considerar ¿atraco?, pues casi.

A mí, el cine ya no me gusta salvo muy contadas, contadísimas excepciones. De hecho, voy con la niña. No me gusta, por el precio, exageradísimo y por los sitios donde se encuentran ubicados.

Sí, se ve mejor, asientos más cómodos, pantallas más amplias, mucho mejor sonido, pero, ¿todo esto no se podría hacer en un local exclusivamente cine?, ¿tienen que ser centros comerciales?, para mí pierde encanto ir a un centro comercial al cine.