01 julio 2011

A PUNTO DE UNA HUELGA
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Una fábrica, tan emblemática en la ciudad, como la de Tabacos ocupaba en el año 1812 a 1.300 mujeres y a finales del siglo XIX se aproximaba a las 4.000, estuvo sometida a serias convulsiones sociales como las del año 1857, en las que la llegada de nuevas máquinas alterarían la condiciones de sueldo y trabajo del personal, llegando a intervenir el ejército para poner orden en la fábrica.
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Ya en el siglo XX, en 1905, se produjo una imponente manifestación de solidaridad iniciada en el primer departamento de los destinados a la elaboración de cigarrillos. Las maestras de los talleres acordaran que media hora antes del cacheo cesaran los trabajos, para lo cual las operarias debían permanecer en los talleres hasta tanto no se hiciese el barrido de los mismos. Una de ellas se demoró unos minutos en dejar el trabajo en vez de salir con el resto a la hora señalada para la suspensión de los trabajos.
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El castigo injustificado impuesto, la actitud nada resignada de la cigarrera a dejar de ganar lo que necesitaba para sus cinco hijos, huérfanos de padre y la ratificación de la sanción por parte de la dirección, produjo esta reacción solidaria, amenazando con dejar el trabajo hasta que la compañera fuera reintegrada a su puesto.
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Más de 2.000 mujeres protestando ejercían tal presión que hizo que la dirección readmitiese a la trabajadora, desembocando en una atmósfera positiva en la fábrica y en una sensación de tranquilidad en todo el personal.

7 comentarios:

Titajú dijo...

¡Hombre, estás vivo, qué alegría más grande! Me has tenido seriamente preocupada...
Todo un ejemplo, la solidaridad de esas mujeres con la compañera. Hoy en día sería: "búscate la vida que yo tengo que guardarme las espaldas".
Me encanta que hayas vuelto, de verdad.

millenium dijo...

Gracias, Titajú. Más que nada estaba muy, muy desmotivado pero bueno.

Totalmente de acuerdo con tu comentario de como sería hoy en día.

La pena, para mí, del cierre de la Fábrica de Tabacos coruñesa, aparte de los puestos de trabajo directos e indirectos, fue la muchísima historia de la vida de esta ciudad, laboral y personal, que se cerró con ella.

Mira hoy como está ese edificio, abandonado, su entorno adecentado, edificios nuevos construidos, plazas nuevas pero el edificio sin tocar. Ni que estuvieran esperando a que se caiga el tejado y, de paso, construir más alturas.

Titajú dijo...

Es una pena, lo del edificio, ¿no podían aprovecharlo para algo? (museos, bibliotecas... Hay muchas cosas en esta vida que no entiendo, de verdad.

Matapollos dijo...

Millenium, veo que eres hombre de palabra. :-) ...y vuelves con una bonita anécdota que deja bien claro, como dice Titajú, que la conciencia solidaria de esas trabajadoras nada tiene que ver con lo que hay ahora.

Me llama la atención la mención que se hace al "cacheo" como práctica habitual; no tengo muy claro a qué se refiere ...supongo que sería para ayudar a las cigarreras a quitarse el tabaco que se les quedaba pegado ¿no? ;-)

millenium dijo...

Gracias, Matapollos, espero que me dure la palabra mucho tiempo. :-)

En cuanto al cacheo, pues sí, imagino lo mismo que sería para certificar que a ninguna se le quedaba pegado tabaco al cuerpo. Aunque tampoco creo que se les quedara mucho pegado pues sé, por gente que trabajó en la Fábrica, que dentro de la misma podían fumar lo que quisieran y luego tenían una cantidad asignada cada cierto tiempo.

Matapollos dijo...

Ojalá sea así :-)

¿Sabes que hace no demasiado tiempo, antes de cerrar la fábrica, en los alrededores de La Zapateira iba un camión a tirar (literalmente) los cigarrillos que salían defectuosos y había gente que estaba allí controlando para poder fumar gratis durante meses?

millenium dijo...

Seguro. Y no me extrañaría nada que rentabilizaran su vicio sacando unas pesetillas vendiendo parte del recogido.