11 diciembre 2008

MAREANTES Y OFICIALES DE AUDIENCIA
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El Gremio de Mareantes, de la Cofradía de San Andrés y de la Paz y Misericordia, era, sin duda, el más numeroso y antiguo de cuantos radicaban en la ciudad de A Coruña, que pretendía haber poblado en épocas remotas, y repoblado en otras posteriores. Considerable debía ser la antigüedad de la Cofradía de San Andrés cuando, en un pleito que litigó con la de San Miguel (de los Mercaderes) sobre preferencia de pendón en las procesiones, a pesar de haber probado esta última, con antiguos documentos, que ya existía en el siglo XIII, la Audiencia concedió mayor antigüedad aún a la primera, fallando el litigio en favor del pendón de los Mareantes.
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Eran poderosísimos en los siglos XV y XVI, ocupando casi los dos tercios de la población total de la ciudad, en la barrio de Pescadería. Lástima de que en este barrio se derribaran casi todos los edificios de la época. Como premio a importantes servicios prestados a Reyes y a la ciudad, habían ganado, los Mareantes, varios privilegios y ejecutorias.
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Este importante Gremio que tenía más de seiscientas casas en Pescadería, tantas "naos y navíos" y aparejos de pesca, y el famoso Hospital de San Andrés, con 150 camas ordinarias y en el cual se recogieron 400 heridos y enfermos que trajeron a la ciudad los restos de la Armada Invencible. Este valiente Gremio fue quien más daño sufrió en el asedio a la ciudad por parte de la Armada inglesa que anclara en la bahía de A Coruña el 4 de mayo de 1589, alrededor de 150 navíos al mando del antiguo corsario Sir Drake y con unos 16.000 hombres de desembarco a las órdenes del general Norris. Las tropas de Norris, después de apresar sus barcos y aparejos, incendiaron sus casas y el Hospital, no sin que los mareantes se defendieran, perdiendo en la refriega muchos hombres y mujeres; y sus seiscientas familias, refugiadas en la Ciudad Vieja, fueron, sin duda, las que más contribuyeron a su defensa.
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No sólo los Mareantes, los soldados y las mujeres y muchachos contribuyeron bravamente a la defensa de la ciudad, sino que las corporaciones y personas de todas las clases sociales participaron activamente en dicha defensa, sin exceptuar a Oidores y demás empleados de la Audiencia que sirvieron como Edecanes de su Regente el Gobernador y Capitán general Marqués de Cerralbo, y acudieron a terraplenar muros y ocupar puestos de peligro.
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Por extravío de sus libros de acuerdos, no se saben los privilegios o exenciones concedidas por Felipe II al Gremio de los Mareantes; pero los obtenidos por los Oficiales de la Audiencia, constan en una querella entablada por algunos de ellos, el 18 de enero de 1593, contra el Corregidor de A Coruña que les había mandado prender, por negarse a pagar la alcabala por venta de vino, de la que dicen estaban exentos "porque del daño que hizo en la Ciudad la armada enemiga les cupo mucha parte, de más el peligro de sus vidas, por lo que S. M. fue servido libertarles de la alcabala que, de lo que vendiesen, habían de pagar con los más vecinos y habitantes de la ciudad, por tiempo de diez años, lo que les fue concedido desde principios del año mil quinientos noventa y dos". En virtud de ello, la Audiencia, ante quien se habían querellado, dictó un auto, el 20 de enero de 1593, por el que se mandaba ponerlos en libertad.

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