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Capital de la provincia del mismo nombre, situada entre dos bahías, sobre una península rocosa, en la costa de las Rías Altas gallegas. Sus coordenadas geográficas son 43º 22’ latitud Norte y 43º 30’ longitud Oeste del meridiano de Madrid, en arco, y 18’ 50’’ en tiempo; 8º 23’ y 46.5’’, en arco y 33º 35’ 1’’, en tiempo, al Oeste de Greenwich, que es el meridiano de la hora oficial (cuando son las 12 h. en Greenwich al paso del sol por el meridiano de A Coruña son las 11 h. 26’ y 24’’). Se halla la ciudad al nivel del mar, en un gran anfiteatro de montañas, con un lado abierto, que es el mar libre. Su posición es verdaderamente admirable y excepcional. El mar se extiende desde el lado mismo de la ciudad, rodeando la península en que se asienta, en uno de cuyos extremos se alza la milenaria Torre de Hércules. Lleva el terreno, que desciende en suaves laderas, sus cultivos hasta las orillas de las aguas, en tanto en la ribera opuesta de la amplia ría, en el rocoso y abrupto litoral donde abren las rías de Ares y Ferrol, el mar ruge a veces y se encrespa y la peña de A Marola contiene las potentes olas que sobre ella se abaten de continuo.
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Hasta hace poco de más de setenta años, y desde hace siglos, A Coruña, se consideraba dividida en dos partes: la Ciudad Alta o Vella – o simplemente la Ciudad – y la Pescadería. La primera demarcación comprende lo que era la población construida y acotada por Alfonso IX, que es la parte actual más histórica y artística de la urbe. Es la Pescadería la parte comprendida entre las murallas que defendían la Ciudad Alta por el lado de tierra y las que unían el puerto con el mar llamado del Orzán. Corrían estas últimas a lo largo de la calle de Juana de Vega, en otro tiempo de la Alameda, y se completaban con un foso de mar a mar, es decir, desde las tranquilas aguas del puerto hasta las impetuosas del indicado Orzán. Había también otras fortificaciones en este sector, a uno y otro lado, teniendo a sus extremos dos puertas designadas con los nombres da Porta da Torre de Arriba – la de O Orzán – y Porta da Torre de Abaixo – la del puerto -. Aunque hoy no existen oficialmente la nomenclatura y divisiones en que estaba repartida la superficie de la población coruñesa del modo que queda apuntado, a principios del siglo XX, por exigencias de la ampliación de la ciudad, se denominó Ensanche a una parte de la misma que era por ese tiempo huertas y tierras de labor. Sobre la superficie moderna del Ensanche y la modernísima que se ha acometido hace años, se levantan calles, jardines, plazas y paseos.
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La anexión, en 1912, del municipio de Oza por el de A Coruña significó incrementar en 10.000 habitantes los 50.000 con que contaba. Por otra parte, aumentaba notablemente su extensión, que era de 7.85 kilómetros cuadrados. Toda esta zona incorporada a A Coruña fue la huerta de la ciudad, especialmente las alturas de Eirís y el valle de Elviña. Quedó así configurado el actual municipio coruñés, con una extensión total de 36.8 kilómetros cuadrados y una población de más de 250.000 habitantes. Limita el término municipal con el Océano Atlántico al N., con dicho Océano y el municipio de Oleiros al E., al S, con los de Culleredo y Arteixo, y al O. con el de Arteixo y el Océano Atlántico.
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La ciudad de A Coruña se asienta sobre una península de unos 3 kilómetros de largo, que discurre de N. a S. y es más estrecha de E. a O. Esta península forma, al este, la bahía, y al oeste, la ensenada del Orzán.
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Los principales accidentes costeros del municipio son las puntas Herminia, del Orzán, Mexillosa, de O Burro, Liseiro, Dormideiras y de O Hospital: las playas de Riazor y del Orzán, las islas de O Boi Grande, O Boi Pequeño, O Pé, San Pedro y Redonda; y las ensenadas del Orzán, San Amaro y Os Pelamios. En el interior, las altitudes máximas, excepto el Monte das Arcas (289 m.), no llegan a los 200 metros sobre el nivel del mar.
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