Aunque los primeros proyectos de cementerios municipales vieron la luz a finales del siglo XVIII, bajo el gobierno de Carlos III, la difusión masiva de la política higienística ilustrada es algo más tardía, y está inseparablemente unida a los reinados de Carlos IV y Fernando VII.
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La Real Orden de 3 de abril de 1878 de Carlos III, obligando a realizar los enterramientos de cadáveres en camposantos suficientemente ventilados fuera de las ciudades, no tuvo desgraciadamente gran fortuna, no llegando a modificar de forma importante los tradicionales hábitos de los españoles.
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Mayor transcendencia histórica tendrá la Real Orden de 26 de abril de 1804 redactada por Mariano Luis de Urquijo, reinando Carlos IV, para el futuro de la arquitectura funeraria del país. Imponía ésta la construcción de cementerios en todo el Reino, y ordenaba la vigilancia y cumplimiento del acuerdo en los distintos obispados, a individuos nombrados por el Consejo de Ministros.
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No tardó en conocerse en provincias la disposición, iniciándose con mayor o menor celeridad según las ciudades, los trámites necesarios para la construcción de cementerios municipales. El 22 de mayo de 1805, el capitán general del Reino de Galicia, Pedro de Ceballos, envió una comunicación al Ayuntamiento coruñés recordando a los munícipes la obligación que tenían de ejecutar la Real Orden de abril de 1804.
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Cumpliendo con lo ordenado, organizó el Consistorio un pequeño camposanto municipal, en terrenos propiedad de los conventos de San Francisco y Santo Domingo, debajo de la Real Maestranza de Artillería, espacio que en 1812 era ya claramente insuficiente para atender las necesidades coruñesas. El problema trató de solucionarse en sesión de 22 de abril de 1812, con el acuerdo de construir un amplio y ventilado cementerio en terrenos fuera de la ciudad. El verano de 1812 conoció los primeros trabajos de excavaciones, terminándose felizmente el camposanto coruñés de San Amaro en 1813. Fue autor del proyecto el arquitecto Fernando Domínguez y Romay.
4 comentarios:
Es un cementerio que me pone la carne de gallina, como todos casi todos. ¡Me parecen tan fríos! ¿Sabes que en San Amaro están enterrados mis abuelos paternos? ¿Y sabes que ni el vigilante ni yo pudimos dar con las tumbas?
Vaya un desastre, y eso que teníamos la numeración.
Pues yo, respecto a las sensaciones cuando visito San Amaro, totalmente lo contrario.
Me siento muy cómodo, para nada, ni por asomo tengo las sensaciones que mucha gente tiene.
Quizá sea, pudiera ser, que ya lo visitaba desde pequeño. Muchas veces iba a ver la tumba de mis abuelos paternos con mi padre, por cierto incinerado.
Por ello, hasta tengo salido a pasear por la Torre, por ejemplo, y luego ir hasta San Amaro y pasear por el cementario no ya como visita a familiares si no, también, como paseo es un recinto histórico de la ciudad, de Galicia, mirar gente relevante en la historia, y como arte, para mí, hay auténticas obras de arte.
Sobre lo de tus abuelos paternos, uf, no sé, salvo que sea errónea la información, quizá confirmando la numeración en el registro del Ayuntamiento, antes estaba entrando por la puerta principal a la derecha.
Interesante entrada;creemos que compartimos sensaciones,por ello nos gustaría conocer tu opinión sobre http://imatgesdesilenci.blogspot.com/.Hasta pronto.
Gracias por vuestra visita, Esther i Toni.
Me he pasado, ya dos veces, hoy por vuestro blog y me parece un blog interesantísimo.
Siempre me ha llamado la atención, llamado la atención y gustado el arte tan extraordinario que hay en los cementerios, lo que pasa es que sólo podía ceñirme a algunos casos en concretos de Galicia.
Gracias a vuestro blog he podido, puedo y podré descubrir y enterarme de las diferentes formas artísticas que en los cementerios hay por el mundo adelante.
No es ver una cosa, si no también que te la expliquen y así se entiende y se conoce mucho mejor. Hace poco, aquí en A Coruña, el Ayuntamiento comenzó unas visitas guiadas al cementerio principal de la ciudad, San Amaro, visita a la cual, por supuesto, me anoté y de la cual quedé muy satisfecho, una visita donde aprendes de arte y de historia, en este caso, de mi propia ciudad.
Considero vuestro blog un interesante lugar de encuentro desde el punto de visto artítico y cultural.
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