CONDICIONANTES
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Continuando con el proyecto fracasado de Ayuntamiento de Faustino Domínguez, éste en la memoria que redactó para acompañar a los planos por él dibujados, entre abril de 1860 y julio de 1861, para la Casa Consistorial de la ciudad, explicaba cómo sobre su pensamiento pesaron considerablemente distintos condicionamientos, y de qué manera éstos explicaban ciertas soluciones adoptadas.
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La principal, la forma de la planta, que ciertamente venía de antemano determinada por la extensión y dimensiones del lugar: un solar en horizontal donde el futuro edificio veía limitado su natural desarrollo por un proyectado pabellón para oficiales e ingenieros militares, que quedaría a su espalda, y que el ejército tenía en mente construir desde que, derribadas las murallas, la urbanización de la plaza de María Pita tomó carta de naturaleza.
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La especial situación del citado inmueble no permitía más opción al arquitecto que abrir la primitiva pastilla consistorial ideada con anterioridad, por detrás, a modo de dos cuerpos salientes, única manera posible de encajar con gracia el encuentro de uno de los ángulos del pabellón militar, cuya forma era sobradamente conocida por Domínguez, luego de tomar éste a su cargo la responsabilidad de dibujar la plaza de María Pita.
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El resultado fue una planta en U, en cuyo interior se incrustaba uno de los ángulos testeros del edificio proyectado para residencia de oficiales por el coronel de ingenieros Joaquín Montenegro.
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Otro de los condicionantes del proyecto era consecuencia de la lógica relación que debía existir entra la plaza ya ideada por el facultativo, con su peculiar carácter y diseño arquitectónico, y el Consistorio que se trataba de definir. Se planteaba, pues, el problema de integrar el edificio en un espacio de fuerte personalidad sin incurrir en brusquedades ni vicios.
2 comentarios:
La plaza de María Pita es una plaza que suele gustar; mucha gente me la ha definido como impactante.
Yo no sé si soy rarita o no, pero a mi no me dice mucho: Echo de menos algo de verde.
Ahora que tengo que reconocer que la limpieza que le han dado al ayuntamiento lo ha dejado espectacular.
Tampoco a mí me convence mucho, no me resulta acogedora, la siento más bien como un lugar de paso aunque reconozco que en muchas ocasiones me paro a quitar fotos de la Plaza de María Pita, sobre todo, la gran mayoría, del Palacio Municipal.
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