Cuatro años, desde 1891 a 1895, pasó en la ciudad de A Coruña Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Cipriano de la Santísima Trinidad, hijo de José Ruiz Blasco, pintor y profesor de la Escuela de Artes y Oficios de San Telmo, provisionalmente conservador del Museo de Bellas Artes de Málaga, de cuarenta y tres años, conocido como "el inglés", y de su esposa María Picasso López, de veintiséis años, de profesión sus labores. Familia acomodada donde no faltan tíos médicos, antepasados abuelos fabricantes de guantes, ilustres y desafortunados militares, músicos con trabajo en el teatro municipal.
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La vida malagueña de la familia se ve trastocada cuando el Ayuntamiento andaluz revisa los cargos oficiales a cargo de la Administración y decide suspender el puesto de conservador del Museo que ocupa José Ruiz, allí tenía su estudio, refugio de los juegos pictóricos de Pablo. Deciden el traslado hacia A Coruña, ciudad en la que conocía a Pérez Costales. El viaje se hace definitivamente en septiembre.
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Pablo Ruiz Picasso llega a A Coruña con sus hermanas Lola y Concepción, con su madre, acompañan al padre que viene a ocupar la cátedra de Dibujo, Figura y Adorno en la flamante Escuela Provincial de Bellas Artes. El viaje desde Málaga se hace en barco, bordeando la península, lo cual se les hace muy pesado y deciden adelantarse a desembarcar en Vigo, siguiendo el viaje en tren.
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La familia Ruiz Picasso se instala en la casa número 14, 2º de la calle Payo Gómez, muy cerca de la Escuela y del mar; en A Coruña todo está cerca del mar, es una ciudad marina, la Marineda de Pardo Bazán. Pablo Ruiz Picasso se matricula en el Instituto, para seguir el bachillerato del que traía el ingreso aprobado. Un año después, entra en la Escuela Provincial de Bellas Artes, donde imparten clases prestigiosos artistas como el escultor y dibujante Isidoro Brocos.
2 comentarios:
No me digas más, y lo suspendieron porque nunca supo cómo se llamaba.
Cuando trasladaron a mi padre y su family a la Coruña también vinieron en barco, pero ellos venían de Tenerife y ¡claro!, no había más narices. Pero dice mi padre que cuando hicieron la mudanza de Motril a Málaga (son 150 kms, si es que llegan), también deberían haberla hecho en barco, porque por carretera fue insufrible. Era el verano del 37.
¿Te imaginas, de Málaga a Coruña por las carreteras de entonces, con su Despeñaperros, la maravillosa salida de Madrid que ahora haces por túnel, la entrada en Galicia, el Cebreiro...
Antes lo hago por mar, y a nado.
Hacer un viaje por carretera a Galicia, desde Andalucía, en el siglo XIX sería casi una aventura como la de dar la vuelta al mundo, menos tiempo pero más curvas.
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