EL GORDO

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El 22 de diciembre de 1958, a las once menos cuarto de la mañana, toda la ciudad de A Coruña se alteró. Los niños del Colegio de San Ildefonso acababan de cantar en Madrid el número 33.704, premiado con el gordo: Doscientos diez millones de pesetas.

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Apenas pasados unos minutos se supo que de las siete series de dicho número jugadas aquel año, seis se habían vendido en A Coruña, en la administración de loterías número 3, El Gato Negro, cuyo administrador, Nicolás Cuesta Lobo, manifestaba ignorar quien podía haber sido el comprador de dichas series y si las había vendido juntas o por décimos.

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La tarea por encontrar a los afortunados poseedores de los décimos fue incansable. Los periódicos madrileños comenzaron a telefonear a sus corresponsales en A Coruña, en demanda de noticias y las telefonistas coruñesas estaban abrumadas por las numerosísimas llamadas recibidas de toda España.

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Al fin, el 29 de diciembre, se depositan las seis series del 33.704 en la oficina principal del Banco Pastor en A Coruña. El director, Andrés Pardo, manifestó a la prensa que el beneficiario le había solicitado la máxima reserva que, por supuesto, estaba dispuesto a mantener.

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En un diario local, el día 30 de diciembre, sale una entrevista a un coruñés que dice conocer al propietario de las series. "Puedo manifestarles, dijo, que toda Galicia saldrá beneficiada con este premio". Y cuando se le preguntó si era Pedro Barrié el afortunado contestó: "caliente, caliente", que confirmaban la opinión extendida entre los trabajadores del Banco Pastor y altos funcionarios de Hacienda de que Barrié había sido el afortunado.