GRIPE

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En 1918, se produjo en Europa, una epidemia de gripe que causó miles de muertos. En España apareció en Madrid durante el mes de mayo. En nuestra ciudad los primeros síntomas se observaron en varios empleados de Correos, al parecer varios carteros.

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La enfermedad permaneció casi estacionaria y con caracteres de benignidad hasta los últimos días de septiembre en que el Gobernador Civil consideró oportuno publicar una circular dando instrucciones sanitarias a la población. Pese a ello, el 26 de septiembre, se registraron ya 153 enfermos de afecciones gripales o catarrales en las tropas de guarnición.

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El 30 de septiembre eran ya numerosísimos los casos de gripe, aunque afortunadamente la mayoría de ellos continuaban siendo de poca gravedad. No obstante, el mismo día habían recibido sepultura cuatro de los enfermos atacados. Entre otras medidas se recabó de los párrocos de la ciudad, que se restringiese la celebración de actos en que se aglomerasen los fieles, que se desinfectaran los templos y que se suprimiese el agua bendita.

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El 8 de octubre la gripe comenzó a sembrar el pánico entre los coruñeses, pues los días 6 y 7 se produjeron 20 defunciones. El 11 de octubre, el Ayuntamiento dispuso que en lo sucesivo todos los entierros se efectuaran con mayor rapidez, llevando al trote los caballos que arrastraban los coches fúnebres. El 13 de octubre recorrió las principales calles de la ciudad una procesión rogativa a la Virgen de los Dolores, tan venerada por los coruñeses desde aquel aciago año de 1854 en que el cólera había diezmado la ciudad.

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El Boletín Oficial de la provincia del día 14 de octubre publicó un extraordinario, encabezado por la declaración oficial del estado epidémico en toda la provincia. En el número ordinario del Boletín se contenía un acuerdo de la Junta de Sanidad, clausurando los locales destinados a espectáculos públicos, otro sobre el rápido enterramiento de los cadáveres y otro sobre el aislamiento de los enfermos de gripe.

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El pánico se adueñaba cada día más de los coruñeses. El 15 de octubre ocurrieron 18 defunciones dentro del casco de la población y 15 en el distrito de Santa María de Oza, cuyo vecindario no excedía de 10.000 habitantes. Afortunadamente, a partir de la segunda quincena de octubre, disminuyeron de una manera notable tanto el número de enfermos como el de fallecimientos. La desaparición de la epidemia se acentuó todavía más a partir del mes de noviembre, disminuyendo hasta su total extinción.

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El día 3 de enero de 1919 se celebró, en la iglesia parroquial de San Nicolás, una función de gracias por haber desaparecido la epidemia de gripe. A las once hubo misa cantada con acompañamiento de orquesta.